Las células son las más pequeñas unidades de vida del organismo. Se aprovisionan de oxigeno Y de sustancias nutritivas a través de los líquidos orgánicos (sangre, linfa, sueros celulares) y sus desechos son igualmente evacuados por medio de estos líquidos. Las células pueden funcionar normalmente si los líquidos están exentos de residuos, de ahí la importancia de algunos órganos, como el hígado, el intestino, los riñones, los pulmones y la piel.
Si estos órganos realizan su trabajo de depuración las células funcionan normalmente. En caso contrario, la acumulación de basura atasca dichos órganos. Los tejidos se irritan y se inflaman, y pueden aparecer muchas enfermedades como la obesidad, que es una de las consecuencias de esta disfunción. Además todas las toxinas que ingerimos se acumulan en el tejido adiposo, por eso es importante hacer un “cambio” de grasas en el cuerpo.
Solo la práctica de una alimentación y de una higiene de vida conformes a nuestra fisiología puede disminuir la acumulación de las toxinas nefastas y contribuir al buen funcionamiento de nuestro cuerpo. El ayuno encierra mucho más que el simple hecho de dejar de comer durante algunos días. Se trata de un acontecimiento persona que requiere prepararse psicológicamente.
La preparación mental debe comenzar cuanto menos siete días antes, tiempo en el cual debemos pensar en lo que queremos lograr y lo que haremos, luego de terminar al ayuno.
Antes de comenzar el ayuno es necesario limpiar los intestinos. Ayunar con los intestinos llenos de restos es peligroso ya que permanecen en el tubo digestivo durante varios días y pueden provocar una autointoxicación. Por esa razón, un ayuno de varios días exige una limpieza intestinal que iniciaremos una semana antes de empezar. Limpiar los intestinos significa regenerar la flora bacteriana con el objetivo de que retome en buen estado sus funciones de digestión, eliminación toxinas, transformación de los alimentos y transporte a través de la mucosa. Uno de los alimentos recomendados en estos casos es el yogurt, ya que se caracteriza por su capacidad para regenerar la flora intestinal. También es posible utilizar carbón vegetal o aloe vera, cuya acción es más profunda, además de reforzar la acción del ayuno y contribuir a la eliminación de toxinas